Una coalición de autoridades ambientales pide a la ciudadanía ser «guardianes» y denunciar. Más de 600 animales fueron rescatados este año en la región en operativos contra este delito.
Lead: Bogotá se ha convertido en el principal punto de conexión para el tráfico ilegal de vida silvestre en Colombia, un delito que se dispara en diciembre. Ante esta situación, la Secretaría Distrital de Ambiente y un comité interinstitucional han lanzado una campaña urgente, invitando a todos los ciudadanos a actuar como «guardianes» y denunciar la comercialización ilegal de animales y plantas, que aumenta con el turismo y los viajes de fin de año. La iniciativa cuenta con el apoyo de terminales de transporte y líneas exclusivas para reportes.
La advertencia es clara: la capital es un epicentro logístico para este crimen ambiental. «El centro del país, puntualmente Bogotá, es utilizado por los criminales como un punto de conexión para comercializar ilegalmente a los animales silvestres a destinos nacionales e internacionales», afirmó la secretaria de Ambiente, Adriana Soto. La estrategia, coordinada por la alcaldía de Carlos Fernando Galán, integra a la CAR, Parques Nacionales, Corpoguavio, Corporinoquía y la Gobernación de Cundinamarca.
La temporada navideña es crítica. Los traficantes aprovechan el aumento de desplazamientos para ofrecer animales silvestres como mascotas o regalos exóticos en carreteras, una práctica que les causa sufrimiento, altera su comportamiento y conduce a una alta mortalidad. Los números dan cuenta de la magnitud: en 2024, las autoridades han recuperado más de 600 animales (aves, reptiles y mamíferos) en la región.
La flora no escapa a la amenaza. Especies como musgo, orquídeas silvestres y líquenes son arrancadas de los bosques para decorar pesebres, dañando ecosistemas completos. Las consecuencias legales son contundentes: este delito está tipificado en la Ley 2111 de 2021 y puede implicar penas de hasta 11 años de prisión y multas multimillonarias.
La batalla contra este flagelo se libra en múltiples frentes. Las terminales de transporte de la ciudad ahora son aliadas en la difusión del mensaje de prevención. La apuesta de las autoridades es clara: solo con la vigilancia activa de la ciudadanía, usando los canales de denuncia habilitados, se podrá proteger la biodiversidad en su momento más vulnerable. La consigna es que en esta Navidad, el único regalo silvestre sea su conservación en libertad.






